La Mansión Page
Esta histórica mansión de ladrillo de 6.000 pies cuadrados, situada en Aberdeen, Carolina del Norte, estuvo vacía durante más de 40 años, oculta tras un paisaje cubierto de maleza.
Diseñada por J.M. McMichael y construida en 1913, la casa contaba con seis dormitorios y cuatro cuartos de baño, además de dependencias para el personal de servicio con una escalera que conducía directamente a la despensa del mayordomo y a la cocina. La casa tenía un vestíbulo central tradicional, una gran escalera y comedores y salones formales.
En 1880, Allison Francis "Frank" Page comenzó a comprar grandes extensiones de pinos y estableció un aserradero en Devil's Gut Creek, más tarde conocido como Aberdeen Creek. La economía de Aberdeen floreció bajo el mandato de Page, que se encargó de construir varias casas para sus vecinos.
También construyó esta casa para su propia familia, en una colina que domina el lago Aberdeen, una zona que se conoció como Page Hill. Es una de las pocas casas históricas de la familia Page, que recuerdan la época en que los industriales adinerados transformaban el paisaje local.
La propiedad era conocida históricamente como la Casa Page-Wilder y fue rebautizada brevemente como Mansión Willow Oak en los últimos años, después de que unos empresarios intentaran sin éxito convertir la casa abandonada en un lugar para eventos especiales.
Ahora se llama simplemente la Mansión Page, y se puso a la venta en 2017, aceptando solo ofertas en efectivo.
Ubicada en un acre de terreno, esta exquisita casa necesitaba algunos arreglos importantes para devolverle su glamuroso pasado, y ese sueño se hizo realidad cuando encontró unos afortunados propietarios.
Un año después de su puesta en el mercado, Abby y Trey Brothers, oriundos de Carolina del Norte, vieron la propiedad por capricho y decidieron hacerse con la casa, renovarla y hacer crecer su familia.
"El 1 de abril -y no es una broma del día de los inocentes- encontré nuestra casa", dijo Abby al Sway. "Ni siquiera estaba buscando en el condado de Moore en ese momento, pero por pura casualidad, amplié mi área de búsqueda. Ahí estaba: la mansión Page.
En broma, hice una foto de la casa y se la envié a mi marido con la siguiente leyenda: 'Vamos a comprarla y a reformarla'. Inmediatamente me llamó para pedirme más información sobre la casa y empezamos a investigar. Sinceramente, ¡fue amor a primera vista!".
Vía: Nypost.com/
